con Spinetta de fondo y las ventanas abiertas, el viento que vibra y hace sonar. Sin moverse, transmietiendo con tranquilidad un azúl prodúndo y espeso que te envuelve en cadencias y transmuta tu color.
Y así, como quien no quiere la cosa vas contando adoquines metiendote de a poco en las salidas de la mente para no acabar en algún principio misterioso que da luz y respira.
Es la música en el tiempo que parece improvizar las corrientes induciendote dejarte llevar hasta un ahora, un momento y el puchito de la reflexión.
No te esmeres en darle sentido porque ni al escribir esto pienso llevarte a algun lado, solo anhelo expresar y que haya más corrientes dentro de los vientos que me vuelan la peluca.
miércoles, 23 de diciembre de 2009
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