Nuevamente el desconcierto enmarañando en inquietante incretidumbre sin una concreta razón.
Y así como la materia en su compacticidad aparente, soy lleno de vacío. Un vacío inherte y fragil equitativamente a su entorno, hecho hoy un polvorín.
lunes, 20 de octubre de 2008
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1 comentario:
muy bueno bro, no se si te lo había dicho
un abrazo!
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